No sé que en particular hizo que ese momento fuera recordable hasta el resto de mi vida, solo sé que simplemente lo fue...
Todo esto era una nueva experiencia, yo estaba a miles de kilómetros de casa en un nevado Estocolmo, con compañeros de hotel que eran mis nuevos compañeros de trabajo, ellos eran lo mas cercano a mi país, por lo mismo generamos lazos a prueba de todo. Una de las tantas noches que salíamos a bailar para "conocer la ciudad" vi a un tipo de todo mi gusto mientras yo siempre "piola" bailaba con mi amigo Werner arriba de un cubo en la pista de baile. Una compañera lo notó y lo saco a bailar para después de un par de canciones le dijera que iba al baño y acercándose a mi le dijera "Baila con el mientras regreso". Nos pusimos a bailar y a hacernos las típicas preguntas de rigor cuando conoces a alguien pero cada vez que hablábamos y lo miraba mas lo encontraba aun mas interesante; mayor, cuerpo full tonificado, mas alto que yo y así un suma y sigue. Hablaba español, era (es) cubano y vivía desde hace muchos años en Suecia, desde ese día que se transformó en mi tour-guy por Suecia, conocí lugares que no te llevan en un tour, partes que son habituales para personas que ya conocen la ciudad y viven en ella. Todo fue genial, fue un compañero muy grato, con tema de conversación y cuando salíamos hablábamos mucho y de todo, desde la situación política de su país hasta mi trago favorito.
Me iba en 2 días a Chile y quedamos de cenar juntos, fuimos a un restaurant pequeño pero demasiado genial y no estaba lleno porque era día de semana en la noche.
- Quédate hoy conmigo en mi casa... por favor - mirándome fijo
- Y porque seria? La despedida? - río
- Puede ser... pero ya te vas y no sé cuando nos volvamos a ver. Déjame estar contigo como despedida pero en MI espacio, en MI casa.
- Ok, pero tendríamos que pasar a mi hotel a recoger ropa, mañana trabajo tempranisimo, a las 7am y son las 11pm.
- Ok, vamos
Canceló la cuenta, nos pusimos los abrigos y salimos de la mano a la congelada calle.
- Caminamos? Estamos como a 5 cuadras máximo... o en metro?- le pregunto
- Bobo, acuérdate que el turista eres tu, sé donde esta tu hotel pero ya es tarde y la idea es que duermas algo, vamonos en taxy.
Caminamos un par de cuadras y hace parar uno, entramos y se pone a hablar con la taxista en sueco, por lo mismo claramente no entendía nada (aprendí lo básico). LLegamos enseguida al hotel, nos bajamos y el taxi se estaciona afuera.
- Te espero acá en el loft, la taxista nos esperará
Subo a hacer un bolso con la tenida de trabajo y mis documentos, cuando salgo me detengo en el pasillo y golpeo la habitación contigua a la mía.
- Que paso? - me contesta mi amiga
- Amiga no me quedare en el hotel, mañana llego directo al trabajo. Cuando se junten con nuestra jefa en el metro díganle que llegare allá y le inventan algo
- Y donde vas? Weon no te dejare irte solo por Estocolmo y a esta hora.
- Sara, te estoy avisando no pidiéndote permiso, nos vemos mañana!
Camino antes de que mi amiga me pida mas información, que mas que
por preocupación es por curiosidad.
- Acá vivo - me dice cuando el taxy estaciona afuera de un edificio. Le cancela con tarjeta a la taxista y nos bajamos.
- Ven, antes de entrar te quiero mostrar algo - Me toma de la mano y cruzamos la calle.
- Abre esa reja roja - apuntándome una reja de madera pintada burdeo
- Que miedo - riéndome. Me devuelve la sonrisa y la abro.
Era un parque con juegos de niños, una estatua al medio y en el fondo se veía todo el centro de Estocolmo que estaba en la bahía de al frente y todo esto nevado, la visión era maravillosa y mágica, jamas pensé que en un lugar así me encontraría tal vista, porque estábamos en Estocolmo, no fuera de el y se veía completo. Tome algunas fotos y nos quedamos ahí un rato, abrazados, viendo las luces de la ciudad.
- Tengo frio, entremos - le digo
- La poca costumbres a estos gélidos -10 grados
Entramos a su departamento y nos acostamos, me sorprendio que no tuviera Scaldassono, pero al dormir abrazado con èl me di cuenta enseguida porque no lo usaba. Apoyo mi cabeza en su pecho desnudo y como si me leyerà la mente me dice.
- Porque no nos quedamos así para siempre, es raro porque nos conocemos hace días y por mi que te quedaras. Creo el destino es un poco cruel porque hizo que nos conociéramos y estuviéramos juntos pero ahora nos separará con miles de kilómetros de distancia.- me dice mientras me hace cariño
- Lo sé, por lo mismo solo nos queda este momento.
Claramente esa noche no dormí casi nada, por no decir nada y cuando el reloj sonó a las 5am literalmente sentía que había dormido solo 5 minutos. Sigo acostado y el se levanta, me despierta al rato con desayuno, desayunamos acostados y de ahi me tuve que hacer el animo y arrastrarme hasta la ducha. El metro quedaba a un par de cuadras de ahí y nos fuimos de la mano cuan jóvenes de 15, en el camino se pone a nevar pero no corría viento, lo que hacia el momento mas mágico porque veías el recorrido de los copos de nieve cayendo lentamente frente a tu rostro.
- Llegamos - me dice, parándonos afuera del metro.
- Así es - digo a mi pesar - Te voy a extrañar ...aunque suene raro porque nos conocemos hace solo días, pero tu compañía hizo aun mas mágico este viaje.
Nos abrazamos, de esa forma en que casi se funden los cuerpos. Levanto la mirada y nos besamos, sentía sus ganas de no soltarme, de decir que mandáramos a la mierda todo y me quedara ahí con el, de esa pena contenida porque la realidad era otra y teníamos que seguir viviendo nuestras propias realidades... separados. Sentía el calor de su cuerpo a través del abrigo y lo cálido de sus labios chocaba con lo frio que tenia la cara por la nieve que me caía.
Nosotros, dos completos desconocidos días atrás, con residencias a miles de kilometros de distancia, tan distintos uno del otro en gustos, edades, origenes... pero tan conectados. Siempre recordaré esa postal; yo entre sus brazos, de noche en una calle vacía y un farol justo arriba de nosotros mientras millones de copos de nieves caían lentamente en ese abrazo apretado llenos de "quedate", mientras no dejaba de besarme quizás para que me acordara de esos besos y de esos labios, casi como una marca de pertenencia. Ese instante no sé si duró 5 o 20 minutos, lo único que sé ahora que ya lo veo de lejos en mis recuerdos es que en el momento fuimos infinitos.